¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 5 de mayo de 2013

Simula reír la hiena... Pero no entiende los chistes

Acertada frase del escritor y humorista argentino R. Fontanarrosa para describir este mundo capitalista en el que comerciantes, gobernantes, gestores... han decidido que cada día del año es un Día Intermancional o Mundial de algo... Y claro, con sólo 365 días, uno no da a basto... y un día cualquiera te puedes encontrar con que el Día Internacional del Cáncer coincide -como mínimo- con el Día Global de las Señales de Tráfico... Y a estas alturas ya no importa quién o por qué se decide que a tal o cual día se le asigna una u otra etiqueta... lo que sí se entiende perfectamente es que pocos se tomen en serio la mayoría de estos dudosos títulos.
Hoy, sin ir más lejos, por ejemplo, es el Día de la Madre y el día Mundial de la Risa... y tampoco sabemos si esta coincidencia se debe al hecho de que los niños llegan a este mundo llorando... pues como dice la voz popular:
Todos al nacer sabemos llorar, lo que necesitamos después es aprender a reír.
Y así, en días como hoy, todos los teledirarios, expertos en mezclar lo más trascendental con lo más prescindible, lo más cotidiano con lo más esotérico, te preguntan:
¿Cuántas veces se ríe usted al día? 
Y además del desconcierto metafísico inicial que puede causar la pregunta...
Sorprende aún más lo de ¿...al día? 
Están de guasa, claro... Porque con la que está cayendo...
Aunque, sí es cierto que lo de reír debe ser algo tan intrínseco e inevitable como llorar, porque a pesar de que a F. W. Nietsche no le faltaba razón cuando afirmaba:
El hombre sufre tan terriblemente en este mundo 
que se ha visto obligado a inventar la risa.
Lo cierto es que, y contra todo pronóstico, somos capaces de reír y reír mucho en las situaciones más adversas, y a pesar de todo y de todos... Ya sea porque nos lo proponemos o porque lo llevamos tan dentro que a veces hasta nos sorpende a nosotros mismos, como muy bien dijo F. M. Dostoyevski:
En ese instante sentí una horrible tristeza
y, sin embargo,
algo así como un brote de risa
empezó a cosquillearme el alma.
Pues cuando eso sucede es como un regalo, ya que de algún modo consigue situarse por encima de todo lo demás. Porque lo cierto es que debemos y necesitamos reírnos para sobreponernos, para coger fuerzas, para recuperar la pespectiva, para adquirir otra... para ser felices... que -no nos olvidemos- para eso y poco más estamos aquí. Necesitamos reírnos para -a ser posible- contagiar a todos los que nos rodean con una explosión de felicidad tan maravillosa y espontánea como la de este bebé, que se diría que sí sabe cómo celebrar un acontecimiento cualquiera de la vida:
(poetryandmore)