O eso -por lo menos- dicen algunos... Y no me extraña, porque no doy crédito a lo que leo: según parece la ciudad de Bilbao ha gastado alrededor de 4 millones de euros en rehabilitar parte de su catedral. Y las dudas que me asaltan con semejante noticia son tantas, me indignan tanto y me entristecen de tal modo, que tengo ganas de gritar:
¡¡¡¿Cómo es posible?!!!
¡¡¡¿Cómo es posible?!!!
¡¡¿Realmente era necesario?!!
¡¿De verdad, a estas alturas, alguien me quiere hacer creer que la Iglesia sabe distinguir -de todo lo que predica...- cuáles son las prioridades que debería atender?!
¿No les da vergüenza a sus feligreses -esos que se tienen por cristianos y pidaosos- saber que con 4 millones de euros, podría paliarse en algo el hambre que mata a diario a miles de personas?
Sinceramente, vergüenza me daría pertenecer a los que -directa o indirectamente- forman parte de un tinglado así, que lo consiente y justifica bajo reclamos turísticos (económicos) culturales o espirituales... desde el que da el dinero, al que acepta el encargo o al que va a disfrutar del edificio... Todo esto sin entrar en de dónde diablos ha salido esa escandalosa suma de dinero... o en los excesos de la bochornosa visita del Papa a Madrid.
En fin, en realidad no sé por qué sigo sorprendiéndome, pues hace ya mucho leí la advertencia del poeta Walter Benjamin:
Iglesia
En un momento cualquiera me quitaron todos los alimentos que tenía en las manos.
Me acordé entonces de que a la derecha, junto a mi sillón, un tanto oculta para los otros, había una bolsa de galletas.
La cogí satisfecho, y en ese instante tuve un cruce tan curioso de sentimientos de martirio y bienestar que dije:
"Ahora soy la Iglesia".
Al expresarlo, me sentí como un canónigo gordinflón sentado en mi butaca, pero con aspecto de gran seriedad, casi de tristeza.
En fin amigos, parece que esto es lo que hay...
pero como diría Miguel Hernández:
pero como diría Miguel Hernández:
Yo que creí que la luz era mía
precipitado en la sombra me veo.
(poetryandmore)