Decir que Gadafi es uno de esos tipejos siniestros que alberga una mezcla explosiva de frivolidad, delirio y maldad, está muy manido. Lo sé.
Aún así, no deja de asombrarme el hecho de que, tantos y durante tanto tiempo, le hayan estrechado la mano complacidos, le hayan paseado satisfechos, hayan sonreído junto a él en las fotos, se diría, que sin sospechar de sus disfraces... y quién sabe si, incluso, disfrutando de su compañía.
Muamar el Gadafi siempre fue peligrosamente esperpéntico. Los que han cambiado -¿momentáneamente?- son los demás, él no. Él, en realidad, nunca se ha traicionado a sí mismo, a su propio personaje, y nunca hizo, ni más ni menos, lo mismo que ahora.
Mi amigo C. Bértolo en relación con su lista visible de Libros invisibles: http://blogs.publico.es/dominiopublico/1232/los-libros-invisibles/
nos recuerda lo ya padecido por la devastada sensibilidad de R. M. Rilke: elegir agota.
Y sí, a veces resulta agotador no perder el rumbo entre tantas opciones tentadoras. Pero, sinceramente, ¿tan difícil resultaba no elegir a Gadafi?
Y sí, yo a veces también vacilo a la hora de escoger, por ejemplo ahora mismo, pues dudo, y mucho, sobre quién me produce más pavor: si Gadafi 'El Consentido' o todos los que le consintieron... pues como diría J. C. Suñén (1) en su siempre espléndido "Un ángel menos"
Mas la amistada alcoba del dolor aún permanece abierta bajo mi alma
como la ruina permanece bajo tantas ciudades ilusionadas por el progreso.
Sabes que no hay más mundo que el mundo consentido.
Y yo sé que en el sueño se celebra el milagro de la ascendencia.
Señor, no tardes.
Llévanos a la infancia de los caballos,
bajo un sol primerizo.
Oh sí... un lugar bajo el sol... en el que haya tregua...
En el que no nos aceche otro titular: Ahora... Siria
En el que no nos topemos con otro ladrillo en el muro...
que diría Roger Waters (personas como él, me llenan de esperanza).
En el que no nos aceche otro titular: Ahora... Siria
En el que no nos topemos con otro ladrillo en el muro...
que diría Roger Waters (personas como él, me llenan de esperanza).
(poetryandmore)
(1) Juan Carlos Suñén (Madrid, 1956): Un ángel menos (1989)