¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 8 de julio de 2012

Las grietas de la perfección

Es el título de una reseña de José M. Guelbenzu en Babelia en la que decía: "Los abusos y las reducciones del individuo en una sociedad hiperorganizada. Esto es lo que dejó en evidencia Max Frisch en su No soy Stiller recuperada en España. Y que narra la historia de un hombre que es acusado de ser otro y debe afrontar diversas situaciones absurdas." 
Me la he encontrado releyendo a Frisch (1911-1991), novelista y dramaturgo suizo comprometido con su tiempo, que aplicó sin reservas  su aplastante lucidez y su arrebatadora modernidad de pensamiento a su país natal. Muchos son los fragmentos destacables de esta obra de 1954 pero, en estos tiempos de tanto cambio vacuo, alguno desconcertante y más de uno se diría que hasta 'antidemocrático'... determinados párrafos adquieren una ironía especial:
Sturzenegger se limita a replicar: <<Somos una democracia>>
Yo no le comprendo. 
¿En qué consiste pues la libertad de una constitución democrática si no en dar constantemente el derecho al pueblo para que modifique sus leyes dentro del sentido democrático, cuando siente la necesidad de afirmarse en una época moderna? 
Lo único que cabe preguntarse es si desean realmente esta modificación.
Yo protesto contra la peligrosa opinión de que la democracia sea algo que no pueda transformarse y contra su convicción de que uno pueda ser tan libre como sus antepasados sin atreverse a ir más allá que ellos. 
¿Qué significa ser realista?
Sturzenegger dice siempre: ¡Las ideas están bien, son algo muy hermoso, pero tenemos que ser realistas!
¿Qué querrá decir con esto? 
Sí, ¿qué querrá decir? 
Porque, de un tiempo a esta parte, con según qué noticias ya no sabemos si las leyes deben ser cambiadas o... mejor no; porque el 'Realismo' al que estábamos acostumbrados antes de ayer, ahora, a veces, parece pura ficción...  (y no me refiero al Realismo Mágico); y esto no sucede sólo aquí, como explica Rafael Rojas en EL PAÍS el paradójico caso del escritor cubano Virgilio Piñera (1912-1979):
"El Gobierno de Raúl Castro, resuelto a incorporarlo todo, en una suerte de gula simbólica, decidió tolerar la canonización del escritor cubano, en el centenario de su nacimiento. El mismo Estado que lo marginó y lo silenció"
De modo que, uno no sabe a qué atenerse ni dónde ubicarse -ni cobijarse- para no caer: si en la realidad que adquiere tintes de ficción o en la ficción que recrea la realidad. Algo que abordó Peter Handke (Austria, 1942) en su novela Desgracia Indeseada:
Esta época ayudó a mi madre a volverse espontánea e independiente. Adquirió un cierto aplomo y venció su temor al contacto con la gente; sombrecito inclinado porque un muchacho recostó su cabeza contra la suya mientras ella reía complacida a la cámara fotográfica.
 (La ficción de que las fotos puedan <<decir>> cosas semejantes.
¿Pero acaso no es más o menos ficticia, cualquier formulación, incluso de algo sucedido realmente?
'menos' cuando uno se limita simplemente a dar una información;
'más', cuando se intenta redactar con mayor precisión.
y cuánto más se usa la ficción tanto más veraz puede resultar la historia,
incluso puede interesarle a alguien
porque es más fácil identificarse con formulaciones que con los hechos narrados escuetamente. 
¿Por eso la necesidad de la poesía?)

Sí, es evidente que la poesía nos ayuda a entender muchas de las cosas que (nos) suceden por irreales que éstas puedan parecer.
Aunque, para ilustrar los desdoblamientos de personalidad cada vez más comunes en esta ficción de la realidad que vivimos, ya sean espontáneos o impuestos (como, por ejemplo, Rodrigo Rato que ha pasado de brillante economista a sospechoso oficial...), nada como una imagen de EL ROTO:
(poetryandmore)