En el primer capítulo de Matemáticas e Imaginación de E. Kasner y J. Newman titulado Nombres nuevos para ideas viejas, podemos leer:
"Una peculiaridad de las matemáticas es que no usan nombres tan largos como otras ciencias. En química, las sustancias no más complicadas que el azúcar, el almidón o el alcohol tienen nombres como éstos:
acido metilpropenilenedihidroxicinamenilacrílico o
0-anhidrosulfaminobenzoína o
protocatechuicaldehidometileno...
En matemáticas, en cambio, hay muchas palabras fáciles.
Matemáticas es la ciencia que usa palabras fáciles para expresar ideas difíciles. En esto difiere de cualquier otra ciencia. A medida que el uso de sus palabras comunes se hace más y más técnico, nadie puede adivinar el sentido matemático de una palabra...
"Una peculiaridad de las matemáticas es que no usan nombres tan largos como otras ciencias. En química, las sustancias no más complicadas que el azúcar, el almidón o el alcohol tienen nombres como éstos:
acido metilpropenilenedihidroxicinamenilacrílico o
0-anhidrosulfaminobenzoína o
protocatechuicaldehidometileno...
En matemáticas, en cambio, hay muchas palabras fáciles.
Matemáticas es la ciencia que usa palabras fáciles para expresar ideas difíciles. En esto difiere de cualquier otra ciencia. A medida que el uso de sus palabras comunes se hace más y más técnico, nadie puede adivinar el sentido matemático de una palabra...
Y sí, a estas alturas ya nos ha quedado claro que los abismos tras todas esas palabras con las que banqueros, especuladores, políticos y demás usureros han ido urdiendo las tramas de nuestro futuro albergaban sentidos y significados absolutamente insospechados por nosotros... y debidamente ocultados por ellos...
Aunque lo peor de todo, lo más grave, es el modo (léase: chulería, cinismo...) en que ahora son pronunciadas. Como, p. e., en el caso de los Mossos de Esquadra condenados a cuatro de años de cárcel, nada menos, y que el Ministro de Justicia, A. R. Gallardón -retando sin pudor a los jueces- ha 'indultado', conmutándoles esta condena de cárcel por una insignificante multa. Así, sin más. Sin explicación alguna. Y si, esto en sí mismo, ya resulta tan desconcertante como aterrador, mucho más, la chulería, la arrogancia con la que el Ministro Gallardón despacha el asunto: "Es el Gobierno el que puede indultar, nadie más". Punto pelota.
Al igual que el insultante Señor Blesa, expresidente de Bankia, que, lejos de avergonzarse, se atreve a reprendernos porque: "Todos cometimos excesos".
Perdone usted Sr. Blesa, ¡TODOS, NO!
ADEMÁS, SU 'TODOS' Y NUESTRO 'TODOS' ¡NUNCA FUE EL MISMO!
ASÍ QUE AHORA, NO SE ATREVA A INCLUIRSE EN MI 'TODOS NOSOTROS'.
Usted y yo nunca estuvimos en el mismo bando y, ahora ¡mucho menos!
Nosotros nos sabemos condenados
mientras usted, ustedes, aún creen que se van a salvar.
Nosotros lloramos
mientras ustedes se burlan.
Nosotros no atinamos a encontrar la salida
mientras ustedes se van de vacaciones.
(Sí señora Alcaldesa de Madrid, va por usted).
Y sí, nosotros somos los prisioneros
de su falta de responsabilidad
de su avaricia
que nos tiene cercados en un laberinto...
Como el que describe el poeta Jorge Luis Borges en su libro Cifra:
En un lugar desierto
hay una no muy alta torre de piedra
sin puerta ni ventana.
En la única habitación
(cuyo piso es de tierra y tiene forma de círculo)
hay una mesa de madera y un banco.
En esa celda circular,
un hombre que se parece a mí
escribe en caracteres que no comprendo
un largo poema
sobre un hombre
que en otra celda circular
escribe un poema
sobre un hombre
que en otra celda circular...
El proceso no tiene fin
y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.
De momento..., pues a pesar de lo reiterado por Kasner y Newman:
Aunque lo peor de todo, lo más grave, es el modo (léase: chulería, cinismo...) en que ahora son pronunciadas. Como, p. e., en el caso de los Mossos de Esquadra condenados a cuatro de años de cárcel, nada menos, y que el Ministro de Justicia, A. R. Gallardón -retando sin pudor a los jueces- ha 'indultado', conmutándoles esta condena de cárcel por una insignificante multa. Así, sin más. Sin explicación alguna. Y si, esto en sí mismo, ya resulta tan desconcertante como aterrador, mucho más, la chulería, la arrogancia con la que el Ministro Gallardón despacha el asunto: "Es el Gobierno el que puede indultar, nadie más". Punto pelota.
Al igual que el insultante Señor Blesa, expresidente de Bankia, que, lejos de avergonzarse, se atreve a reprendernos porque: "Todos cometimos excesos".
Perdone usted Sr. Blesa, ¡TODOS, NO!
ADEMÁS, SU 'TODOS' Y NUESTRO 'TODOS' ¡NUNCA FUE EL MISMO!
ASÍ QUE AHORA, NO SE ATREVA A INCLUIRSE EN MI 'TODOS NOSOTROS'.
Usted y yo nunca estuvimos en el mismo bando y, ahora ¡mucho menos!
Nosotros nos sabemos condenados
mientras usted, ustedes, aún creen que se van a salvar.
Nosotros lloramos
mientras ustedes se burlan.
Nosotros no atinamos a encontrar la salida
mientras ustedes se van de vacaciones.
(Sí señora Alcaldesa de Madrid, va por usted).
Y sí, nosotros somos los prisioneros
de su falta de responsabilidad
de su avaricia
que nos tiene cercados en un laberinto...
Como el que describe el poeta Jorge Luis Borges en su libro Cifra:
En un lugar desierto
hay una no muy alta torre de piedra
sin puerta ni ventana.
En la única habitación
(cuyo piso es de tierra y tiene forma de círculo)
hay una mesa de madera y un banco.
En esa celda circular,
un hombre que se parece a mí
escribe en caracteres que no comprendo
un largo poema
sobre un hombre
que en otra celda circular
escribe un poema
sobre un hombre
que en otra celda circular...
El proceso no tiene fin
y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.
De momento..., pues a pesar de lo reiterado por Kasner y Newman:
"A menudo se alude erróneamente a las matemáticas como la ciencia del sentido común, pero la realidad es que ellas pueden sobrepasar el sentido común e ir más allá de la intuición y de la imaginación. Se ha convertido en una materia muy extraña y quizá aterradora".
Sí aterradora, pero eso no significa que nosotros, lo prisioneros, en algún momento, dejemos de temerla... Y será entonces, cuando ya no nos hipnotizarán vuestros violines... y vuestras rosas, os las tiraremos a la cara... como pintó Bansky y como canta Adriano Celentano...
¡No más caramelos envenenados!:
¡No más caramelos envenenados!:
Lo dicho: ¿Los más Modernos? Los Clásicos.
(poetryandmore)