¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 13 de mayo de 2012

El dolor persiste en la memoria con una obstinación insobornable

Y eso es lo que parecen olvidar todos aquellos que día a día persisten en hacer daño a su entorno, a su prójimo. Da igual si es en forma de corrupción, malversación de fondos públicos, de estafa, de explotación, de maltrato físico o psíquico... La cuestión es que sucede y, se diría, que cada vez más. O por lo menos cada día aparecen más noticias que certifican que el que puede hacer daño, lo hace; no importa si con ello pejudica al que tiene enfrente o si, incluso, le destroza la vida. Y aunque los antropólogos están hartos de contarnos que el mal es inherente al ser humano... algunos poetas nos recuerdan las consecuencias, no sólo de la propia maldad, sino del hecho de banalizarla, de encubrirla, de no responsabilizarse de ella... como el poeta gaditano Felipe Benítez Reyes en  
"Palabras Privadas"
Nos hemos hecho daño
y el tiempo ya no pasa indiferente.
Por qué es tan alto el precio del olvido
no sabemos, 
y herimos
con una relajada displicencia
aun teniendo muy claro que algún día
alguien recordará el dolor que le causamos
porque el dolor persiste en la memoria
con una obstinación insobornable, 
y es fiel, 
y es rencoroso, 
y el perdón no le afecta.
Y sí, por lo pronto, todo ese dolor causado va minando a unos y otros... incluso en sus anhelos que diría el granadino Luis Gacía Montero:
Porque sé que los sueños se corrompen,
he dejado los sueños... 
No hay más que abrir un periódico para entender estas palabras... de modo que desde aquí os invito a un breve antídoto en clave de humor para sobrellevar tanta maldad, tanto mirar a otro lado, tanta palabrería (económica) vacua: http://www.youtube.com/watch?v=09YSNOsVebM [1] 
Pues eso, nos dejarán si sueños, pero el humor que no falte y, a ser posible, con el ¡intransferible salero del sur!
¡Viva el Sur!
(poetryandmore)