¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 1 de mayo de 2011

Los Dioses tienen sed

Galliano contra Galliano
Hace unos meses, el diseñador británico John Galliano sorprendía al mundo con unas declaraciones antisemitas y racistas en las que afirmaba su admiración por el genocida Hitler.

La expectación por saber cómo iba a reaccionar el conglomerado de lujo más potente del mundo, LVMH, era máxima. Ahora, la incógnita ha sido despejada: “La firma John Galliano despide a… John Galliano”. Así, después de haberle cesado hace un mes al frente de la línea femenina de Dior; ahora, además, le han apartado de la dirección de John Galliano SA, creada hace más de 17 años.

En el mundo de la moda queda la duda sobre quién sucederá al maldito Galliano. A mí, me queda la duda de hasta qué punto LVMH ha roto todo vínculo con el diseñador porque así es como debe ser; o, hasta qué punto las cifras -las pérdidas económicas a raíz de sus declaraciones- han influido en esta decisión.

Algunos demagogos se atreven a simplificar las insultantes e intolerables declaraciones del diseñador (que no modisto, según algunos) con frases hechas del tipo: “Le arrebatan 17 años y su propia marca por unas pocas palabras…”  No señores, lo ha perdido a pulso; y, entre otras muchas razones:

Por dejar de vigilar a nuestro mayor enemigo: nuestro ego.

A Galliano, su desmedida vanidad le llevó subestimar a los que lo rodeaban, olvidando que Dior es Dios; o, quizás incluso, estaba tan embriagado de sí mismo que llegó a creer que él era Dios.
Pero quién sabe si por pura paradoja, como dijo en cierta ocasión el Nobel de Literatura Anatole France (1):

Le hazard
c’est peut-être le pseudonyme
De Dieu,
quand il ne veut pas signer.

De lo que no cabe duda es que a Galliano se le olvidó lo más importante:

En el momento exacto 
en el hayamos perdido la perspectiva sobre quiénes somos
sobre quiénes debemos ser
lo habremos perdido todo. 

En palabras de Benedetti (1)

Tu espejo es un sagaz
te sabe poro a poro
te desarruga el ceño
te bienquiere

te pule las mejillas
te despeina los años
o te mira a los ojos
te bienquiere

te depura los gestos
te pone la sonrisa
te transmite confianza
te bienquiere

Hasta que sin aviso
Sin pensarlo dos veces
Se descuelga del clavo
TE DESTROZA

(poetryandmore)