¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 18 de diciembre de 2011

La partícula (de) Dios: si el Universo es la respuesta ¿Cuál es la pregunta?

Hay noticias como la de la investigación al marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urgandarín que, a primera vista, uno cree que no tiene porqué fijarse mucho en ellas, pero, conforme van pasando los días, consiguen ponerle a uno realmente de mala leche...
Quién sabe si, en parte, por aquello que dijo el poeta José Bergamín en 
Apartada orilla
Tú sabes como yo sé
que lo que menos se mira
es lo que mejor se ve

En cambio otras noticias sorprenden gratamente, porque como profano en la materia, uno se las puede tomar con una distancia casi optimista, casi infantil... como la de los científicos del CERN que, quizás en breve, podrán (de)mostrarnos el bosón de Higgs (o Partícula Dios); que, dicho muy llanamente, nos viene a explicar que la Nada no existe...bueno, ni Dios..., pues según el físico Leon Lederman, autor de The God Particle: If the Universe Is the Answer, What Is the Question?, con eso se evidenciaría que no existe ningún ser superior. Lo que, en mi opinión, siempre es una magnífica noticia, y en los tiempos que corren, más.
Personalmente nunca he creído en la existencia de seres superiores, ni me considero monárquica -ni 'juancarlista'-; y no sólo porque países como Francia o Alemania no tienen Monarquía que mantener y sobreviven estupendamente. Por eso, hoy me pregunto por qué pactaba con el hecho de que individuos como Urdangarín vivieran rondando el patrimonio público a cambio de nada... porque, reconozcámoslo, ante la pregunta de qué diablos hacía exactamente el Sr. Urgandarín, la respuesta siempre era: Nada.
Pero claro, si ahora resulta que la Nada como tal no existe... que siempre es Algo... La cosa cambia. Pues, según parece, el Sr. Urgandarín, sí hacía algo: -presuntamente- robar (o dejar que robaran en su nombre). Y no poco, no desde ayer; pues la Casa Real ya quiso poner orden en 2007 y no pudo, así que decidió que se trasladara a una 'Apartada orilla'.
Y vale, sabemos que lo de robar puede ser algo difícil de resistir, y que es como una droga, y que no se puede parar... ¿Pero él? ¿Por qué él?
Quizás la respuesta nos la da Walter Benjamin cuando analiza la tentación de viajar a otros paraísos en Haschisch

Puede, sí, presumirse que la droga
entre las modificaciones que comporta
hace desaparecer una serie de manifestaciones que,
más que nada,
son un estorbo para el individuo.

Un lado decisivo de la intoxicación:
el económico;
un motivo capital de la manía consiste,
en muchos casos,
en elevar la aptitud del adicto 
para la lucha por la existencia.
El fenómeno es tan indiscutible como ocultos sus motivos.

A ello se añade una virtud sedante de la droga
mientras dura su influencia
y no es en dicha virtud el componente menor la convicción
de que nada puede competir con la droga
en importancia y valor.

Todo lo cual proporciona 
incluso a naturalezas modestas
una soberanía que no poseen de por sí.
(Trad. de Jesús Aguirre)

Igual las razones por las que el Sr.Urgandarín se ha dejado embriagar experimentando con otros paraísos (fiscales) son mucho más prosaicas de lo que imaginamos... Pero sorprende -y ofende- que, alguien que lo único que tenía que hacer era dar ejemplo, robara -si se demuestra que es cierto- como un mangante chapucero de tres al cuarto.
Por lo pronto, se intuye que el asunto es mucho más serio de lo que se está esbozando, pues a la Casa Real no le ha quedado más remedio que comunicar que asume que la conducta del yerno no ha sido ejemplar, tragando con el consiguiente bochorno público.
Y ya van dos...
Los dos cuñados que se suponía iban a renovar la sangre borbónica...
Los dos 'aspirantes a príncipe' les han salido rana.
(poetryandmore) 

P.D.: El paréntesis en la 'de' del título se debe a que aquí en España los sectores conservadores, especialmente la Iglesia Católica, ha querido adjudicarse -como tantas otras veces- un mérito que nada tiene que ver con la fe. Pues, aunque ellos lo quieran llamar la partícula de Dios, los científicos de la CERN, que son quienes han hecho el descubrimiento, lo llaman la particula dios, esto es, la primera, el origen -de todo- NO DIVINO, en inglés: The God Particle y no: God's Particle.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Cándido o "Todo va del mejor modo posible"

Como ya sabéis, la función primordial de este blog es reivindicar a aquellos Clásicos cuya literatura nos muestra el poder inagotable y atemporal del pensamiento crítico; y con esta intención, se contraponen aquí los textos de esos autores 'olvidados' a noticias que -aún siendo muy variadas- poseen un hilo conductor común: configuran nuestro presente, queramos o no.
Porque estos escritores -la mayoría relegados a lecturas eruditas, o ni siquiera eso- siguen siendo capaces de sorprendernos, de ofrececernos ideas, críticas, reflexiones... sumamente certeras e indispensables para nuestro modelo de vida actual. Siglos después, siguen siendo referentes indispensables y, en muchos casos, antídotos contra nuestra tendencia 'pos-moderna'...
Uno de ellos, François-Marie Arouet: Voltaire (1694-1778) fue un escritor francés, arquetipo de librepensador, que denunció activamente durante toda su vida lo injustificable de cualquier guerra, la alienación del individuo, el fanatismo religioso, el abuso de poder... Ideología que pagó con la cárcel, el exilio y muchas de sus obras prohibidas. Quién sabe si por eso escribió, entre otros:  
"El tratado sobre la Tolerancia"
Hay un edificio inmenso cuyos cimientos he puesto con mis manos: 
era sólido y sencillo, 
todos los hombres podían entrar en él con seguridad.

Han querido añadirle los ornamentos más extraños, 
más toscos, 
más inútiles;
el edificio cae en ruinas por los cuatro costados.

Los hombres recogen las piedras y se las tiran a la cabeza.
Les grito: ¡Deteneos! 
Apartad esos escombros funestos que son obra vuestra 
y habitad conmigo en paz en mi edificio inconmovible.
(Trad. R. Dampierre)
Por ello, quisiera dedicar esta entrada a los que han convertido a un Clásico en noticia; a los que han apostado por liberar del estrecho ámbito académico la, para muchos, obra maestra del irónico y sagaz Voltaire: Cándido o el Optimismo (cuento filosófico para la mayoría; para algunos de nosotros, un Bildungsroman).
Gracias al concepto y dirección editorial de Alberto Frenegal, la traducción de José Ramón Monreal, la exquisita, a la vez que arrolladora, pintura de Óscar Astromujoff, (las introducciones de F. Savater y P. Azara) que reunidos por la editorial Nova Era han conseguido sublimar a Libro de Arte: www.novaerapublications.com/es/?book=37876 (a objeto tangible y perdurable en esta era digital...) un clásico -indispensable por irreverente- texto que, hoy más que nunca, debería ser (re)leído; y no solamente porque aboga por ese convenciemiento de los filósofos de la Ilustración en torno a que el interés particular debe estar en correlación con el interés general: 
La suma de felicidades particulares es la felicidad de la sociedad
Si no, también, porque ediciones así, incluso en estos tiempos de crisis no sólo económica, sí consiguen transmitirnos la esperanza de que se pueden hacer cosas "...del mejor modo posible"
O, como mínimo, nos llevan a imaginarnos una sonrisa en el rostro de Cándido (y de Voltaire) cuando, a la pregunta de: 
¿Qué es el Optimismo? 
Cándido contesta:
¡Ay! Es el delirio de sostener que todo va bien cuando va mal.
(poetryandmore)