¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 26 de mayo de 2013

Ecce beatificamus eos qui sustinuerunt

Lo que significa: "Aquí honramos a quienes resistieron".
Sí, resistir es la clave. Da igual si se trata de una persona, una familia, una empresa, un sistema sanitario o educativo público, un país... y hoy, esta frase de una lengua muerta se nos antoja más viva que nunca. Y con ella quiero honrar y reivindicar a todos aquellos que siguen resistiendo a cuánto nos acecha, que es mucho... Pero ¡ojo! ahora, como si todo eso no fuera suficiente, la iglesia católica, muy dada por cierto a apropiarse del latín para sus intereses (más económicos y políticos que cristianos), va y suelta
"La Iglesia Católica madrileña necesita más exorcistas para ayudar a algunos de los fieles a hacer frente al diablo. El diablo existe. Eso es un hecho.": 
http://www.elnuevoherald.com/2013/05/24/1483796/iglesia-catolica-madrilena-necesita.html 
Típico, muy típico, no les basta con acaparar cada vez  más cota de poder, gracias a sus íntimos en el Gobierno del PP, para imponerse, por ejemplo, en los planes de estudios y así intentar anular la indispensable asignatura "Educación para la Ciudadanía", ahora quieren hacernos creer que nos librarán del Mal que, según ellos, proviene de no se sabe qué abismos infernales... con lo que, no sólo banalizan el sufrimiento que el mal -es decir: la avaricia, el egoísmo, los abusos, el dogmatismo, la corrupción...) genera, y que ha destrozado la sanidad, educación y el futuro de tanta gente en este país... sino que, de paso, pretenden con ello eximir a los verdaderos culpables del Mal: sus amigos políticos, banqueros, especuladores y demás partidarios de las desigualdades capitalistas.
¡Hay que fastidiarse con la Iglesia Católica! ¡Menuda cruz!
Porque si los agnósticos, los ateos, tenemos que soportarlos y hacerles un hueco a nuestro lado mucho más cerca de lo nos gustaría ¿por qué ellos no dejan en paz a los laicos? Ellos, como todos los ávidos de poder, como todos los cuervos, todos los lobos, no descansan en sus maquinaciones, y ésta -por absurda que parezca- lo mismo también les acaba funcionando como maniobra de distracción para contentar a sus aliados de derechas y como campaña de marketing para captar a más desesperados, porque en estos tiempos lo del brujerío tira más que nunca y la gente está dispuesta a creerse de todo y, en tiempos de crisis, más.
 Justo lo contrario de ese tipo de gente que sí diferencia perfectamente a un charlatán de un honrado, el bien del mal; que sabe exactamente por qué y por culpa de quién llegan a sucederse los hechos más reproblables e inmorales que nos abocan al desastre individual y general, y que, a pesar de tener que padecer sus dramáticas y trágicas consecuencias, se resiste a dejarse engullir por su maldad, por su frivolidad.
Y puesto que, como dijo Ben Guzmán:
Un poema es cualquier cosa, excepto frivolidad
A ellos les dedico este poema de José Elías:
Me agrada el mar y la lluvia
El sol y las islas
Todo eso está en mis poemas.

Me repelen los cuervos y los lobos, los cerdos y las arañas
(que son lo que parecen y lo que no parecen)
Y todo eso está también en mis poemas.

Uno no tiene siquiera libertad
para elegir compañía.

Pues eso, como dijo Julio César que algo sabía de batallas:
Alea jactea est.
(poetryandmore)