¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 24 de febrero de 2013

Chema Madoz: cuando el objeto no es sólo una cosa

Ya sabéis que este es un blog literario con en el que se pretende reivindicar la modernidad, la vigencia, de los autores a los que se puede considerar clásicos junto a noticias de actualidad. Pero como, aún hoy, me siguen preguntando por qué precisamente los Clásicos, quisera dedicar esta entrada a explicar de una manera grafica que aquí  por clásico se entiende referente, inspiración, peso estético-intelectual, capacidad crítica... y no importa de dónde provenga o de cuándo -de hace cien años o de anteayer-... y, ni siquiera, en qué género, formato o corriente nos dé a conocer el peso de sus palabras, la profundidad de su discurso... pues en él prevalecerá la capacidad de hacernos reflexionar... como las composiciones visuales del gran poeta de las cosas: el fotógrafo Chema Madoz (Madrid, 1958) que, al igual que los poemas literarios no sólo nos explican este mundo, sino que mientras nos enseñan a pensar, nos sacan de nuestra ceguera. Pues, como diría Peter Greenaway:
Que tengas ojos 
no significa que sepas mirar
Por ello quisiera compartir con vosotros el talento de Madoz que -para muchos de nosotros- se convirtió en un referente, en un Clásico, desde su primera fotografía, gracias a su capacidad para mostrarnos lo que nos rodea desde sus ángulos más imprevistos, menos advertidos. Él, mucho antes de la crisis, mucho antes de la pandemia de la corrupción, supo indicarnos, por ejemplo, que no todos los regalos lo son:
O, través de sus metáforas simbolistas, Madoz nos recuerda que lo evidente nunca es sólo eso, que siempre se debe ir más allá: que deberíamos -y a partir de ahora, ya todos- aprender a preguntar(nos) qué es lo que hay detrás... (de las promesas electorales, de los vacuos argumentos de que no se puede hacer más, de los que dicen no saber...) y no temer la hondura de los espejos, al igual que el poeta alemán R. M. Rilke:
O, que contra la ceguera -esa de la que ya nos habló el escritor portugués J. Saramago- la mejor defensa será la sagacidad que afinará nuestra vista para así no dejarnos engañar por las falsas apariencias con las que los banqueros y demás especuladores engañan a sus clientes para que firmen esos contratos (preferentes, créditos, hipotecas...) que según ellos no nos dejararían sin comer y que, por supuesto, no albergaban ninguna sombra sospechosa:
Y, cuando la 'letra pequeña' de los escritos dictados por la usura de todos esos codiciosos ya lo ha arrasado todo y a todos... no les tiembla el pulso para recortar en derechos fundamentales: sanidad, educación, atención a dependientes... deshauciando al ser humano hasta hacerle creer que ya no tiene salida, que no merece ninguna oportunidad... Pero por muy terribles que sean las circunstancias, hay que intentar no perder la esperanza -algo de lo que sabía mucho el poeta madrileño Miguel Hernández. Y Madoz además, nos muestra no sólo las posibilidades de la poderosa individualidad de cada ser humano, si no que éste, rodeado por la solidaridad de sus iguales, puede recuperar su contorno (y entorno) en todo su esplendor:
Porque tal y como nos enseña el poeta inglés W. H. Auden en cada uno de sus escritos, tanto el valor, el espíritu crítico, la capacidad de lucha, de reflexión la generosidad, la empatía... no minan, en absoluto, la capacidad de ser feliz; más bien al contrario, gracias a todo ello se aprende a valorar -aún más si cabe- a artistas como Madoz, capaces de regalarnos imágenes del mundo que constatan que -a pesar de todo- sí puede ser bellísimo:
Y para los que aún dudan de la importancia del arte para una sociedad, les recomiendo que se den un paseo (virtual) por el Thyssen: www.museothyssen.org/app/visita_virtual_Coleccion/visita_virtual_es_planta_1.html
(poetryandmore)