¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 13 de enero de 2013

No amamos bastante la alegría

¿Y por qué? ¿De quién es la culpa? ¿Y cómo lograrlo tal y cómo ha empezado este 2013... con tantas malas, malísimas, noticias? 
Una de las peores: La solidaridad -a inmigrantes- se criminalizará:
Si prospera la reforma del Código Penal, personas que merecerían todo tipo de reconocimientos, por ser ejemplos de generosidad y humanidad, se convertirán en delincuentes.  
Sí, así de claro, tajante y desconcertarte: porque si uno ayuda a un inmigrante, da igual si lo hace una familia que no duda en compartir su hogar, o un jubilado que ha creado una casa de acogida o, incluso, un jesuita guiado por la devoción... ahora: ¡todos, delincuentes! Sí, todos porque ya sabemos que la Derecha en general y el PP en particular -como el Sr. Gallardón, nuestro Ministro 'de Justicia ¡ja!'- es ultra-derechista, racista, clasista e inhumano; y a la hora de (re)cortar cabezas, no le tiembla el pulso, ni siquiera con sus allegados cristianos...  
Así, ahora ayudar a los 'que no son de aquí' (porque ésa es la clave, pues también sabemos que el Nacionalismo es un veneno tan extendido, como rentable para un político...) y ofrecer algo tan básico como casa y comida -y una posible integración-, el Ministerio de Justicia está intentando que se convierta en un delito tipificado en el Código Penal con cárcel de hasta dos años:
www.publico.es/espana/448287/ayudar-a-inmigrantes-irregulares-podria-ser-penado-con-la-carcel
Aunque por suerte, cada vez más, muchos, muchísmimos, saben de la importancia de la empatía... a la que se refería, por ejemplo, A. de Lamartine:
Yo soy de la opinión de los que son perseguidos
Por lo que frente a esta nueva barbarie del PP, cuyo objetivo se diría es hacernos creer que la solidaridad es algo malo, hasta despreciable.... de pronto, los brotes de solidaridad no hacen más que crecer: entre los que se hacen favores, entre los que se organizan para conseguir algo decisivo para un tercero, entre los privados que defeinden lo público -como la sanidad madrileña-, entre los que ofrecen sus segundas viviendas o propiedades a los desahuciados...
Así, este 2013 empieza oscilando entre una noticia trágica, escandalosa y demasiado silenciada, y otra que se propaga sin cesar: la solidaridad sin condiciones que se está dando simultáneamente en todo el país y de todos los modos y formas posibles... y que ni siquiera el PP podrá parar. 
Por eso, desde aquí, 
Mi más profundo respeto a todos los que ayudáis 
a los que lo necesitan, 
sean de donde sean, 
sin preguntar cómo llegaron a esa situación, 
sin discriminarles por su color de piel, 
ni por su extrema pobreza.

Pues vosotros sí os mereceis el título de justos.
En vosotros, y nadie más, debemos fijarnos.
para hacer de este mundo un lugar menos injusto. 

Gracias a vosotros la alegría sigue teniendo posibilidades de ser amada.
Para vosotros este poema de G. Apollinaire:
No amamos bastante la alegría
De ver las cosas bellas y nuevas
¡Oh, Amiga mía, apresúrate!
Teme el día en que un tren deje de emocionarte
míralo avanzar más rápido hacia ti
esos ferrocarriles que circulan
saldrán pronto de tu vida
serán hermosos y ridículos...

(poetryandmore)