Los que somos agnósticos (y si hiciera falta, ateos) siempre hemos pasado de la indignación por los abusos éticos, morales y económicos de la Iglesia Católica... al hastío..., porque, por lo menos aquí, los católicos no parecen entender que España es un país laico desde hace ya mucho, mucho, tiempo; y que la Navidad es poco más que lo que dice Bansky:
Por suerte otras veces, los laicos nos podemos permitir el lujo de mostrarnos relajadamente sarcásticos... como con las últimas noticias con las que El Papa Benedicto XVI ha decidido llamar la atención sobre sí mismo; porque ya se sabe, hoy en día, si uno no pertenence a una red social, no existe; y si uno no recorta, no tiene poder... De modo que, para estar al día -en esta nueva era en la que entramos ahora según los Mayas-, el Papa ha abierto cuenta en twitter, ha reinterpretando el Padre nuestro (suprimiendo lo de perdona a nuestro deudores...) y ha quitado de en medio a las bestias del Belén... por si acaso.
Como explica muy bien Boris Izaguirre (El PAÍS, 24 de noviembre 2012):
"Esta vez la Iglesia Católica y su santidad el Papa han actuado de acuerdo a los tiempos: el belén, como casi todo en Europa, se somete a recortes. Ni burra, ni vaca, ni ángeles, y si se ponen muy estrictos, a lo mejor hasta ni Reyes Magos. Siempre se nos olvida que Benedicto, además de gran teólogo, también es alemán, como Ángela Merkel y, que de doctrina y disciplina, sabe latín. (...) Todo viene bien documentado en el best-seller papal sobre la infancia de Jesús que se publicará urbi et orbe para la próxima campaña de Navidad. Tampoco están las cosas en Tierra Santa como para recrear una escena navideña, que también se nos olvida con frecuencia que Jesucristo nació en un pesebre más cerca de Gaza que de Wall Street. Y es que el camino que lleva a Belén se había convertido en un éxodo hecho de rápidos viajes a Suiza de aristócratas y políticos autonómicos, un aquí cabe todo, y cuánto más, mejor, una liquidez desbordada, un maximalismo que seguro le ponía el terciopelo de punta a Benedicto XVI."
Por suerte otras veces, los laicos nos podemos permitir el lujo de mostrarnos relajadamente sarcásticos... como con las últimas noticias con las que El Papa Benedicto XVI ha decidido llamar la atención sobre sí mismo; porque ya se sabe, hoy en día, si uno no pertenence a una red social, no existe; y si uno no recorta, no tiene poder... De modo que, para estar al día -en esta nueva era en la que entramos ahora según los Mayas-, el Papa ha abierto cuenta en twitter, ha reinterpretando el Padre nuestro (suprimiendo lo de perdona a nuestro deudores...) y ha quitado de en medio a las bestias del Belén... por si acaso.
Como explica muy bien Boris Izaguirre (El PAÍS, 24 de noviembre 2012):
"Esta vez la Iglesia Católica y su santidad el Papa han actuado de acuerdo a los tiempos: el belén, como casi todo en Europa, se somete a recortes. Ni burra, ni vaca, ni ángeles, y si se ponen muy estrictos, a lo mejor hasta ni Reyes Magos. Siempre se nos olvida que Benedicto, además de gran teólogo, también es alemán, como Ángela Merkel y, que de doctrina y disciplina, sabe latín. (...) Todo viene bien documentado en el best-seller papal sobre la infancia de Jesús que se publicará urbi et orbe para la próxima campaña de Navidad. Tampoco están las cosas en Tierra Santa como para recrear una escena navideña, que también se nos olvida con frecuencia que Jesucristo nació en un pesebre más cerca de Gaza que de Wall Street. Y es que el camino que lleva a Belén se había convertido en un éxodo hecho de rápidos viajes a Suiza de aristócratas y políticos autonómicos, un aquí cabe todo, y cuánto más, mejor, una liquidez desbordada, un maximalismo que seguro le ponía el terciopelo de punta a Benedicto XVI."
Sí, cierto, él vive entre terciopelos y
algodones... pero la mayoría de los cristianos, no. La mayoría acaba
el año sobreviviendo entre tinieblas, pagando por los pecados de otros, con un presente aún más incierto que el futuro y que parece escaparse de la manos... tal como ilustra Bansky, que también sabe ser poético:
Porque hemos cruzado el río
y el viento sólo ofrece un remolino entumecido de frío
y nos hemos adaptado mansamente
sin esperar ya nada más
que lo que nos ha sido dado
que lo que nos ha sido dado
sin preguntar cómo
es que llegamos a este lugar
es que llegamos a este lugar
no nos importa ya que nada
haya resultado como esperábamos.
haya resultado como esperábamos.
No hay manera de dispersar
la niebla en la que vivimos
la niebla en la que vivimos
no hay manera de saber
que hemos aguantado un día más.
que hemos aguantado un día más.
La silenciosa nieve del pensamiento se derrite
antes de que se pueda cuajar.
Nadie tiene idea de dónde estamos.
Las puertas a ninguna parte se multiplican
y el presente queda tan lejos
tan profundamente lejos...
Sí, tanto, que nadie se atreve a (re)definirlo... sólo a (re)cortarlo... hasta en 'lo más sagrado', con cambios y reajustes que desconciertan incluso al más cristiano... pero que también a los agnósticos nos hace recordar aquello que dijo Anatole France:
Todos los cambios
aún los más ansiados
llevan consigo cierta melancolía.
aún los más ansiados
llevan consigo cierta melancolía.
Aunque, sabiendo que en estas fechas de consumismo desaforado es cuando más animales se regalan... pero, en cuanto dejan de parecer juguetes no domesticables, son maltratados o abandonados (España sigue siendo el país que más perros abandona del mundo), puestos a escoger un pensamiento del escritor francés, mejor éste:
Hasta que no hayas amado a un animal
una parte de tu alma permanecerá dormida...
Hasta que no hayas amado a un animal
una parte de tu alma permanecerá dormida...
(poetryandmore)