¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 2 de diciembre de 2012

Parole, parole, parole...

En el primer capítulo de Matemáticas e Imaginación de E. Kasner y J. Newman titulado Nombres nuevos para ideas viejas, podemos leer:
"Una peculiaridad de las matemáticas es que no usan nombres tan largos como otras ciencias. En química, las sustancias no más complicadas que el azúcar, el almidón o el alcohol tienen nombres como éstos:
acido metilpropenilenedihidroxicinamenilacrílico o
0-anhidrosulfaminobenzoína o
protocatechuicaldehidometileno...
En matemáticas, en cambio, hay muchas palabras fáciles. 
Matemáticas es la ciencia que usa palabras fáciles para expresar ideas difíciles. En esto difiere de cualquier otra ciencia. A medida que el uso de sus palabras comunes se hace más y más técnico, nadie puede adivinar el sentido matemático de una palabra... 
Y sí, a estas alturas ya nos ha quedado claro que los abismos tras todas esas palabras con las que banqueros, especuladores, políticos y demás usureros han ido urdiendo las tramas de nuestro futuro albergaban sentidos y significados absolutamente insospechados por nosotros... y debidamente ocultados por ellos...
Aunque lo peor de todo, lo más grave, es el modo (léase: chulería, cinismo...) en que ahora son pronunciadas. Como, p. e., en el caso de los Mossos de Esquadra condenados a cuatro de años de cárcel, nada menos, y que el Ministro de Justicia, A. R. Gallardón -retando sin pudor a los jueces- ha 'indultado', conmutándoles esta condena de cárcel por una insignificante multa. Así, sin más. Sin explicación alguna. Y si, esto en sí mismo, ya resulta tan desconcertante como aterrador, mucho más, la chulería, la arrogancia con la que el Ministro Gallardón despacha el asunto: "Es el Gobierno el que puede indultar, nadie más". Punto pelota.
Al igual que el insultante Señor Blesa, expresidente de Bankia, que, lejos de avergonzarse, se atreve a reprendernos porque: "Todos cometimos excesos".
Perdone usted Sr. Blesa, ¡TODOS, NO! 
ADEMÁS, SU 'TODOS' Y NUESTRO 'TODOS' ¡NUNCA FUE EL MISMO!
ASÍ QUE AHORA, NO SE ATREVA A INCLUIRSE EN MI 'TODOS NOSOTROS'.  
Usted y yo nunca estuvimos en el mismo bando y, ahora ¡mucho menos!
Nosotros nos sabemos condenados
mientras usted, ustedes, aún creen que se van a salvar.
Nosotros lloramos 
mientras ustedes se burlan.
Nosotros no atinamos a encontrar la salida 
mientras ustedes se van de vacaciones. 
(Sí señora Alcaldesa de Madrid, va por usted).
 Y sí, nosotros somos los prisioneros 
de su falta de responsabilidad 
de su avaricia 
que nos tiene cercados en un laberinto...

Como el que describe el poeta Jorge Luis Borges en su libro Cifra:
En un lugar desierto
hay una no muy alta torre de piedra
sin puerta ni ventana.

En la única habitación
(cuyo piso es de tierra y tiene forma de círculo)
hay una mesa de madera y un banco.

En esa celda circular,
un hombre que se parece a mí
escribe en caracteres que no comprendo 
un largo poema 
sobre un hombre 
que en otra celda circular 
escribe un poema 
sobre un hombre
que en otra celda circular...

El proceso no tiene fin 
y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.

De momento..., pues a pesar de lo reiterado por Kasner y Newman: 
"A menudo se alude erróneamente a las matemáticas como la ciencia del sentido común, pero la realidad es que ellas pueden sobrepasar el sentido común e ir más allá de la intuición y de la imaginación. Se ha convertido en una materia muy extraña y quizá aterradora".
Sí aterradora, pero eso no significa que nosotros, lo prisioneros, en algún momento, dejemos de temerla... Y será entonces, cuando ya no nos hipnotizarán vuestros violines... y vuestras rosas, os las tiraremos a la cara... como pintó Bansky y como canta Adriano Celentano... 
¡No más caramelos envenenados!:

Lo dicho: ¿Los más Modernos? Los Clásicos.
(poetryandmore)