¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 11 de noviembre de 2012

Se oyen gritos, espeluznantes gritos...

Podría creerse que noticias lejanas, como la reelección de Obama, nos iban a ayudar a recobrar el aliento, pero no: las más cercanas siguen cortándonos la respiración; como la encubierta privatización de la sanidad pública por parte del PP que deja(rá) en la cuneta a miles y miles de ciudadanos que, no lo ovidemos, han pagando por ese derecho durante años .

Todos nosotros, ya desde pequeños y sin excepción, aprendimos que cuánto más sonríe el lobo más deja ver sus afilados colmillos; y, los menos, aprendimos también ya desde chicos, que la Derecha es el Lobo que, como cualquier depredador, devora todo lo que puede y más. Y las consecuencias de sus sangrientas dentelladas -en forma de deshaucios, por ejemplo- ahora ya se han convertido en regueros de sangre imposibles de tapar. Aunque el gobierno del PP, lejos de oír los espeluznantes gritos de sus víctimas, después del festín, descansa...  Así, como si no tuviera que rendir cuentas de sus actos (y, de paso, no pedírselas a los otros depredadores, los banqueros) van dando largas: "Que ya cambiarán las leyes...; que lo debatirán...; que lo están estudiando..; que no es que sean lentos, es que la burocracia les impide ser más rápidos..." No importa que sean más 500 familias ¡a la semana! condenadas a la misera de la calle o que la palabra deshaucio empieza a ser sinónimo de suicidio.
Ellos no tienen prisa pero nosotros hemos empezado a contar los muertos, y cada vez serán más; por cuestiones obvias: todos los que no tengan dinero -extra- para costearse los tratamientos médicos privados; o por cuestiones 'burocráticas' hasta hace poco impensables: los muertos de La España de los deshaucios, antes llamada La España de la burbuja inmobiliaria... y a la que José Agustín Goytisolo en su libro Taller de Arquitectura (1977) dedicó este poema titulado: Un Diganóstico claro
"A los Arquitectos Municipales de todas las ciudades españolas, por ejemplo." 
Sin duda, clarividente -y se diría premonitorio por transferible-:
Estos señores tienen pesadillas 
Cuentan que duermen mal
que les asaltan sueños
apariciones súbitas
de ángeles asexuados
o de ratones ciegos
que llegan a anunciarles
el final inmediato
de sus ciudades tristes
y ven barrios que arden 
sus proyectos 
como antorchas señalan
el camino larguísimo
igual que un laberinto
que no conduce a nada
y oyen gritos
espeluznantes gritos
que salen de sus casas
por puertas y balcones
y también de los nichos
de enormes cementerios
mientras los muros ceden
y caen los cielosrrasos
se agrientan las iglesias
envueltas en gran humo
y por patios quedan
sombreros y juguetes
flores despedazadas
algunos libros de arte
y en medio del arroyo
un tristísimo piano
o una sábana al viento
sobre un pilar intacto.

Aquí hay algo evidente:
estos señores sufren de dispepsia
o complejo de culpabilidad.

Complejo de culpabilidad es lo que deberían tener los votantes del PP. 
Pues sí. Llegados a este punto, no puedo por menos que despreciar a todos los que habéis votado al PP. Sí, os hago co-responsables de las miles de tragedias, tan sumamente indignantes como amargas, que el Gobierno está permitiendo.
Vosotros, nadie más, sois los que les habéis dado el poder para propiciar esto... para consentirlo.. para no cambiarlo... Y, a estas alturas, me da igual si les votasteis para castigar al PSOE, si fue por ignorancia, si ¡¿de verdad?! creísteis que la Derecha iba a dejar de ser lo que es... o , aún peor, si pensabais que al ser vosotros también de derechas no os iba a afectar.
Pues ahora ya lo sabéis: los depredadores no tienen amigos. 
Ahora, queráis o no, sabéis lo que significa ser cómplices.

(poetryandmore)

P.D. Y eso de que ahora es "el peor momento para una Huelga General...." -cómo no, discurso encubierto de la Derecha... la misma que quiere convencerse de que salir a la calle no sirve-. Pues sí sirve, mirad sino cómo la presión popular ha repercutido en el freno de los deshaucios...
Señores, justo ahora y más que nunca, es urgente y necesario alzar al voz. Que se oigan nuestros gritos, nuestros espeluznantes gritos.
¡SÍ A LA HUELGA GENERAL!
(No importa de qué modo... ya sea a pie de calle o no comprando... todo suma).