¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 15 de mayo de 2011

Te vi mirar furtivamente... tu propia sombra fascinante

El pasado 11 de mayo Estrella de Diego afirmaba en EL PAÍS que Artur Barrio es “uno de los más revolucionarios autores de ese vanguardismo carioca caracterizado por el uso de materiales orgánicos y desagradables, justo lo que más puede molestar a nuestra higiénica sociedad occidental.”

Y sí, Barrio es un artista conceptual muy conocido
Por su ya popular “Livro de carne”
Por entonar aquello de: “Sé marginal, sé héroe”
Por rechazar el registro de sus trabajos a través de fotos, películas...
(pues, según él, únicamente sirven a efectos de divulgación e información…)
Y también, por hacer suyo el manifiesto de O. de Andrade:
Contra las categorías de arte
Contra los salones
Contra los premios
Contra los jurados
Contra los críticos de arte...

Pues bien, a Artur Barrio le acaba de ser concedido El Premio Velázquez de Artes Plásticas, con el que un jurado internacional reconoce su trayectoria…
Y él, no sólo ha aceptado el premio, sino que además ha declarado:
“He recibido el galardón con felicidad.”
Reacción que, para muchos de nosotros, ha supuesto -no sólo una sorpresa o un desengaño- si no, una especie de regresión... Aunque quizás, será que vivimos en otra realidad... pues según nos recuerda David Herbert Lawrence (1), la de A. Barrio es la "Realidad última"

Un joven me dijo:
Estoy interesado en el problema de la Realidad.
Le dije: ¡Realmente!

Luego vi que se volvía para mirar furtivamente
En el gran espejo
su propia sombra fascinante.

Imagino que tan fascinante y embriagadora como el propio premio...
Aun así, según 'mi higiénica mentalidad occidental' necesitaba que el 'radical' Sr. Barrio rechazara el galardón, sin vacilar, y con desdén.
Pero no. Y ahora, el Barrio que presume de 'revolucionario' ha pasado de ser alguien distinto y diferente que tenía la oportunidad de dar un ejemplo loable, coherente, esperanzador…, a ser otro más de tantos... Uno de esos tipos corrientes, cuyos discursos y actos se contradicen de tal modo que producen cierta vergüenza ajena. Dicho de otro modo, el Sr. Barrio, para mí, ya nunca más estará en el lado en el que yo he escogido estar; ése que resumió EL ROTO y es el lema de cabecera de este blog:
Los perdedores somos invecibles

En cualquier caso, tal y como están las cosas, este tipo de reacciones ya serán cada vez más inevitables... como ya dejó dicho el maestro Kjell Askildsen (2):
El mundo está lleno de insensatez y confusión,
la falta de libertad tiene profundas raíces,
la esperanza de igualdad está disminuyendo,
la fuerza superior es demasiado grande, eso parece.
Tenemos que estar contentos con lo bien que vivimos,
dice la gente,
la mayoría vive peor.
Y luego toman pastillas contra el insomnio. O contra la depresión. O contra la vida.

(poetryandmore)