¿Malos Tiempos para la Lírica? Puede...

Golpes Bajos
ya nos advirtió de ello con esa fabulosa canción que siempre formará parte de nuestra mejor herencia musical. También el poeta Bertolt Brecht, cuyo lúcido poema Schlechte Zeit für Lyrik (Malos Tiempos para la Lírica) reflexionaba -cien años atrás- sobre cómo él y su entorno vivían cada vez más acorralados...
Pero ¿y hoy? ¿Acaso no estamos ahora -igual que entonces- cada vez más cercados en demasiados aspectos? Y con respecto a la Literatura ¿realmente nos quieren hacer creer que su capacidad de nombrar lo inombrable del modo más conciso resulta innecesaria? ¿O no resulta escandaloso cómo se margina a la Lírica en particular, cuya incisiva sagacidad puede despertar la capacidad crítica de quién la lee?
Bajo el endeble argumento de que la lírica no merece ser fomentada porque no produce suficientes lectores..., se contrapone la evidencia de que precisamente la Lírica Clásica, incluso en esta mercantilizada civilización, sigue siendo capaz de remover nuestras conciencias y de educar nuestra reflexión hasta el punto de llevarnos a (re)plantear algunos de nuestros enquistados comportamientos. De modo que, por mucho que quieran silenciar la importancia del Arte, de la Cultura, de la Filosofía, de la Literatura en general o de la lírica en particular... ¡No deberíamos olvidar cuánto pueden apuntalar nuestra sociedad!
Y ésta es la razón por la que existe este blog: para reivindicar su importancia y contribuir a su divulgación.

Miriam Dauster (poetryandmore)


domingo, 20 de noviembre de 2011

La poesía está en la pena

Eso lo dijo, en las primeras décadas del siglo XX, uno de los poetas favoritos de W. H. Auden: Wilfred Owen en Poemas de Guerra, título que acaba de editar Acantilado traducido al castellano. Y ahora, en las primeras décadas del siglo XXI, cien años después y viendo -una vez máz- el triunfo de la derecha..., no puedo menos que evocarlas... Pues algunos se sentirán ganadores con el resultado de estas elecciones generales, yo no. Algunos se habrán creído las promesas electorales del PP, yo no ( y a la vista está que la Bolsa -ni A. Merkel- tampoco...). Yo, más bien, pienso en esta imagen de Bansky:

Y  lo de los catalanes, ya les vale... Después de las barbaridades que ha hecho CIU, como trocear la sanidad pública y subastarla al mejor postor privado... ¡Y les siguen votando! Parece que ellos tampoco aprenden nada...
En fin, visto lo visto, hoy la pena está también en este blog, en este poema de W. H. Auden:

Pongamos que en estas calles hay diez millones de almas,
Unos viven en mansiones, otros viven en gateras:
Pero nosotros en dónde, querida, pero nosotros en dónde.  

Cuando la tierra era nuestra qué hermosa nos parecía,
Mira en los mapas ahora y allí podrás encontrarla:
No podemos regresar, querida, no podemos regresar.
 
Entre las tumbas del pueblo crece un tejo venerable
Que al llegar la primavera reverdece nuevamente:
Pero no los pasaportes, querida, pero no los pasaportes.

El cónsul puso las manos sobre la mesa y nos dijo:
"Si no tienen pasaporte es como si hubiera muerto"
Pero aún estamos vivos, querida, aún estamos vivos.
 
Fui a una oficina de ayuda: me invitaron a sentarme;
Me pidieron cortésmente que volviera al mes siguiente:
¿Pero a dónde iremos hoy, querida? ¿Pero a dónde iremos hoy?

Fui a una asamblea local; un hombre se puso a hablar:
"Si dejamos que se instalen, nos robrarán lo que es nuestro";
Hablaba de ti y de mí, querida, hablaba de ti y de mí.

Y aunque como dice EL ROTO: "Tranquilos muchachos, los perdedores somos invencibles"; con estos resultados, hemos perdido todos...
(poetryandmore)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Menos información y más reflexión…

En este periodo de precampaña en el que, los que nos saturan de información nos piden reflexión, los que nos abruman con sus monólogos públicos y transferibles nos piden una respuesta privada e intransferible…, quizás lo más acertado sería desconectar, en la medida de lo posible, para reconsiderar cuál puede ser la mejor opción (política). Y hacerlo al margen de las vergonzantes (por despilfarradoras) campañas… pues además, si nos dejamos llevar por los discursos -y debates- prefabricados, corremos el riesgo de que nuestra percepción de la realidad se aleje cada vez más de nuestras necesidades... Como apunta el poeta inglés W. H. Auden en estos dos fragmentos de Dichtung und Warheit:

 III
Leo un poema de otra persona 
en el que se despide de su amada entre lágrimas:
el poema es bueno (me conmueve como lo hacen otros poemas buenos)
y genuino (reconozco ‘la impronta’ del poeta).
Luego, en una biografía, descubro que, 
por las mismas fechas en que lo escribió,
el poeta estaba harto de la muchacha pero fingió llorar
a fin de evitar una escena y no herir sus sentimientos.
¿Afecta este dato a mi apreciación de su poema?
En absoluto: nunca conocí a su autor personalmente 
y su vida privada no es asunto mío.
¿Afectaría a mi apreciación si yo hubiera escrito el poema?
Así lo espero.

IV
Si fuera compositor, creo que podría producir una pieza musical 
que expresara a un oyente lo que quiero decir cuando pienso la palabra amor,
Pero me sería imposible componerla de tal forma
que supiera que sentía ese amor hacia Ti
(no hacia Dios o mi madre o el sistema decimal).
El lenguaje de la música es, como si dijéramos, intransitivo,
Y es justo esa intransitividad lo que hace absurdo 
que un oyente pregunte:
“¿Está convencido el compositor de lo que dice 
o sólo está fingiendo?”

Seamos pues, nosotros mismos, los que nos hagamos las preguntas para encontrar la respuesta adecuada, eso sí, siempre con la mejor música (y compañía) posible... como, por ejemplo, ésta:
(poetryandmore)